Son tiempos convulsos,
se desechan generaciones enteras
a la papelera,
fingen no darse cuenta,
dándole mil vueltas a la verdad,
escapando de encierros
con demagogia barata.
Los políticos traidores
a los que nada les importamos,
repartiéndose sueldos en negro
mientras despiden trabajadores,
mientras niegan educación y sanidad
a propios y a extraños,
solo por satisfacción personal,
solo por alabanzas desde Berlín,
desde genocidas instituciones
financieras.
La historia siempre es injusta.
Se les recordará como hombres de
libertad
cuando fueron hijos de puta sin más,
nada se dirá de todo esto en las
esquelas,
los padecimientos de la austeridad
se olvidará bajo manipulación y
censura,
nadie se acordará de las
consecuencias,
y en ese lugar me colocaré yo,
gritaré a los cuatro vientos sus
maldades,
la realidad de unos criminales
que traicionaron al futuro por cuatro
duros.
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