miércoles, 17 de julio de 2013

El sistema y Bárcenas

Es imposible resumir la indignación. El sistema se desintegra lentamente. El caso Bárcenas, en realidad, ha actuado como un acelerador en medio de un incendio. Y no hay bombero que no apague. No hay maquillaje que tape la corrupción, ni sus cicatrices.

La declaración de Luis Bárcenas del día 15 en la Audiencia Nacional ha centrado todos los comentarios políticos en los últimos días. El nerviosismo es patente en la clase política. La imagen lamentable del portavoz del PP en el congreso, con trifulca incluida, el señor Alonso, fue una muestra patética de nerviosismo y de incapacidad. Solo tienen la descalificación. Han desempolvado nuevamente la carpeta de la conspiración.

Los “papeles de Bárcenas”, que representan la contabilidad del PP, han puesto de manifiesto que la corrupción está instalada en el mismo corazón del sistema. Todos los partidos políticos sobre los que recayó el poder, en nuestra joven democracia, se han financiado ilegalmente. Eso es una verdad indiscutible. Y todo esto, encima, en plena negociación y redacción de una Ley de Transparencia que, de hecho, es una cortina de humo para mantener las apariencias. Hay quien ya habla de broma pesada, y de vacile a la población.

La contabilidad tiene mucha chicha. Estaba claro que Bárcenas, despues de sentirse abandonado por el PP (partido podrido), iba a cantar como un pajarito, delante de un juez, que ha soportado entero toda la presión sobre sus espaldas. Es digno de alabar su valentía, y más sabiendo que el anterior juez del caso, Pedreira, sobreseyó el caso ante las presiones recibidas, en su mismo despacho judicial, por el señor Trías y el señor Arenas.

Me ha llamado la atención la cobertura mediática que se ha hecho de todo esto. Mientras la mayoría de los periódicos, radios y televisiones atacan al presidente, por su negativa a explicarse en el Congreso de los Diputados, los medios más de derechas (ABC y La Razón), defienden lo indefendible. Parece que los articulos y las opiniones de estos periódicos y sus cabezas visibles la redactan los mismos asesores que escriben los discursos a Rajoy y compañía. Mediocridad mezclada con demagogia y mentiras para tratar de desviar la atención lo más lejos que puedan. Han sido más contundentes con Mariano la prensa extranjera. Un editorial del día de ayer, del norteamericano The Washington Post, afirmaba que el problema de España era una cuestión de falta de liderazgo, y que el presidente debería de dimitir. La opinión ya es una cuestión global. Seguro que más de uno se estará arrepintiendo del apoyo incondicional, y de las políticas llevadas en favor de un sistema globalizador.

Los medios vienen a cuento no por la manipulación que a diario practican. Una de las cosa más interesantes de la declaración, y a la que no se le ha dado cobertura mediática, es que el propio tesorero del PP, reconoció el pago a periodistas. No hay que pensar demasiado el por qué de estos pagos. Esa defensa incondicional planteada por las empresas de comunicación más conservadores valen su precio. No se conocen muchos nombres. Pero si alguno. Un ejemplo es el pago a Jose Antonio Sanchez, Director General de Telemadrid (quizás de ahí el tratamiento vergonzoso y avergonzante de este caso por parte del canal autonómico madrileño).


Mientras Bárcenas saca la lengua a pasear, los dirigentes del PP rezan a su Dios para que no les escupa. Que la lupa de la justicia pase de largo. La población, indignada, ven como les gobiernan auténticos impresentables. Y algunos esperamos más, que las palabras actúen como armas y disparen a todo aquel que se lo merece. Quizás no se sepa toda la verdad, pero es indiscutible que ya no pueden disimular el mal olor que desprende todo este sistema.    

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