viernes, 12 de abril de 2013

Apocalipsis


Siempre hablo y nadie contesta,
en mi habitación, los libros
son mi única compañía,
abandonado por el sistema sanitario,
me desenvuelvo con problemas
por una realidad que me margina,
me encierra en un cuarto
para que no moleste,
que el mundo no se pare,
no vaya a ser que protesten,
que amenacen las grandes empresas
por tratarme con dignidad,
un Estado que se alimenta
de la sangre de sus ciudadanos,
desayunado sueños y esperanzas,
solo para que algunos mantengan
su cruel estilo de vida,
porque el dolor se explota,
inmolación personal y con todos ajenos
a la diversidad de clases,
a las pocas oportunidades que dejan
para que el resto hagamos,
intentando construir un mundo mejor,
un mundo en el que no tengamos que obedecer
a genocidas que visten trajes,
a políticos que financian apocalipsis.

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