domingo, 16 de diciembre de 2012

Gritó revolución


Gritó revolución,
la gente giró la cabeza,
la policía le pidió la documentación,
lo llevaron a comisaría,
mientras las banderas se ensuciaban
en cada balcón,
un golpe asesino y certero
a una libertad corrompida,
vapuleada por unos políticos
muy preocupados por el grosor
de sus cuentas bancarias,
la triste realidad de un mundo
que camina inexorable a la destrucción,
y yo soy testigo de ello en esta calle,
asisto perplejo a un capítulo más
de una novela a la que se le conoce el final,
pierde su tensión dramática,
y todo sigue igual en la calle,
con la libertad golpeada alejándose
entre las sirenas de un coche de policía.  

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